Un 21 de noviembre como hoy, pero de 1922, Ricardo Flores Magón es asesinado por la autoridad.
El revolucionario más comprometido con la emancipación de los trabajadores del mundo, fue estrangulado en una prisión estadounidense mientras obreros de distintos países paralizaban la industria por su liberación. El gobierno ofreció su libertad si pedía perdón por su rebeldía; esto respondió el indomable anarquista:
"No voy a pedir perdón. ¡No lo haré! En mis veintinueve años de luchar por la libertad lo he perdido todo, y toda oportunidad para hacerme rico y famoso; he consumido muchos años de mi vida en las prisiones; he experimentado el sendero del vagabundo y del paria; me he visto desfalleciendo de hambre; mi vida ha estado en peligro muchas veces; he perdido mi salud; en fin, he perdido todo, menos una cosa, una sola cosa que fomento, mimo y conservo casi con celo fanático, y esa cosa es mi honra como luchador.
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