Lamento
Sueño y muerte, lúgubres águilas
que colman de rumores mi cabeza en noches
enteras:
cual imagen dorada de hombre
que la escarchada ola de la eternidad
devora. Contra la roca tremenda
se estrella el purpúreo cuerpo.
Y la oscura voz se lamenta
sobre el océano:
mira, hermana de tempestuosa tristeza,
esa angustiosa barca hundiéndose
en las estrellas,
en el callado rostro de la noche.
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