domingo, 20 de abril de 2025

Daniil Kharms

 

Lo que venden en las tiendas hoy en día


Koratygin fue a ver a Tikakeyev, pero no lo encontró. En ese momento, Tikakeyev estaba en la tienda comprando azúcar, carne y pepinos. Koratygin merodeaba junto a la puerta de Tikakeyev y estaba pensando en escribir una nota cuando de repente levantó la vista y vio venir al propio Tikakeyev, con una bolsa de hule en los brazos.

Koratygin vio a Tikakeyev y gritó: - ¡Llevo una hora esperándote!

—No es cierto —dijo Tikakeyev—. Sólo llevo veinticinco minutos fuera de casa.

—Bueno, no lo sé —dijo Koratygin—, sólo que ya llevo aquí una hora entera.

- No digas mentiras - dijo Tikakeyev - Debería darte vergüenza mentir.

- ¡Querido amigo! - dijo Koratygin - ¡Ten la bondad de ser un poco más específico con tus expresiones!

—Creo... —empezó Tikakeyev, pero Koratygin lo interrumpió:

- Si crees... - dijo, pero en ese momento Tikakeyev interrumpió a Koratygin y dijo:

- ¡Qué bueno eres!

Estas palabras pusieron a Koratygin en tal frenesí que presionó un dedo contra una de sus fosas nasales y por la otra fosa nasal sopló mocos hacia Tikakeyev.

Entonces Tikakeyev sacó el pepino más grande de su bolsa y golpeó con él a Koratygin en la cabeza.

Koratygin se agarró la cabeza con las manos, se cayó y murió.

¡Ese es el tamaño de los pepinos que se venden en las tiendas hoy en día!

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