viernes, 26 de abril de 2024

Nancy Cunard

 

GUERRA (1921)

 

Y seguimos con nuestra vida mientras otros mueren por nosotros;

Una vida que, en la gloria del dulce verano, todavía

ignora la muerte, pero que sabe que la vida será

despiadada con ellos – y, en consecuencia, con nosotros.

Demasiada sangre valiosa yace en los campos de batalla,

Demasiadas coronas son hechas para un solemne pesar;

Nos levantamos del llanto, y el cruel mañana

no puede hacer otra cosa que ceder a un mayor dolor.

Todavía no ha surgido ningún dios que con justo

y firme juicio detenga este curso de la guerra

y haga cesar la destrucción; diciendo:

“La ley de la naturaleza ha sido largamente quebrantada”.

Todavía nadie se ha atrevido a extender una mano poderosa,

a ordenarle a la Muerte que se marche,

a romper la corriente de este mundo de desesperación.

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