«Habrá siempre miedo
y escondido llanto
en mi canto de amor.
De los hombres y de la muerte
más noche que auroras
en verso y pensamiento
concebí. En los niños
amé los ojos y la risa
el clamor sordo
el miedo, el miedo, el miedo.
Si la fantasía
me acercara
a tu presencia,
quédate. A tu lado,
seré amante sin deseo:
Pájaro sin ala.
Sumergido lecho».
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